Si eres enfermero o estás estudiando para serlo, tu papel es esencial en nuestro sistema sanitario. Pero el estrés, las largas horas de trabajo y el desgaste físico de la enfermería pueden poner a prueba su propia salud mientras se esfuerza por ayudar a los demás. La migraña es uno de los mayores retos a los que se enfrentan algunas enfermeras.
Esta guía le ayudará a comprender los factores desencadenantes de la migraña y a obtener el alivio que se merece.
Desencadenantes habituales de la migraña enfermera
Conocer los factores desencadenantes es esencial para un plan eficaz de prevención y tratamiento de la migraña. Los entornos de enfermería presentan varios desencadenantes comunes de migraña:
- El estrés: Tanto si trabajas a tiempo completo o parcial como si estudias, la enfermería es un campo muy estresante. En un estudio, el estrés fue un factor desencadenante para más del 60% de los estudiantes de enfermería que padecieron migraña.
- Sueño irregular: La falta de sueño y el sueño irregular son desencadenantes habituales de migrañas. Las enfermeras y los estudiantes corren un alto riesgo si sus horarios de sueño son deficientes o cambiantes. Una mala noche de sueño ha precedido a muchos episodios de migraña de enfermeras o estudiantes de enfermería.
- Cafeína: A algunas personas una taza de café les alivia los síntomas de la migraña. Pero la deshidratación y el síndrome de abstinencia inducidos por la cafeína pueden desencadenar migrañas en otras personas. Ten cuidado de no depender de la cafeína para superar turnos largos o sesiones de estudio. El café y las bebidas energéticas en exceso pueden agravar los dolores de cabeza y los episodios de migraña de los estudiantes de enfermería.
- La dieta: Ciertos alimentos y sustancias como la histamina y el glutamato monosódico pueden desencadenar la migraña. El chocolate y las carnes procesadas son alimentos desencadenantes habituales. Un horario de lactancia ajetreado dificulta el mantenimiento de unos buenos hábitos alimentarios.
- Deshidratación: La deshidratación es un factor desencadenante para alrededor de un tercio de los migrañosos. Llevar una botella de agua y controlar su consumo puede ayudar a prevenir los episodios de migraña.
- La luz: La exposición a luces brillantes o parpadeantes puede desencadenar ataques de migraña. Durante los ataques, la sensibilidad a la luz acompaña al dolor de cabeza migrañoso en el 80% de los estudiantes de enfermería. Esto supone un reto para las enfermeras, que trabajan bajo las luces durante largas y anormales horas.
- Olores: Algunos olores pueden activar los receptores nerviosos nasales y desencadenar ataques de migraña. Los entornos médicos contienen muchos olores fuertes que pueden provocar dolor de cabeza a una enfermera.
- Las hormonas: Las mujeres enfermeras tienen tres veces más probabilidades de sufrir migraña que los hombres. En muchas mujeres, los episodios de migraña se correlacionan con los cambios de estrógenos durante el ciclo menstrual. El estilo de vida, la dieta y los anticonceptivos pueden afectar a la frecuencia de las migrañas a través de los cambios hormonales.
Considera la posibilidad de llevar un diario de migrañas para encontrar patrones en sus desencadenantes. Registre sus síntomas de migraña y los posibles desencadenantes. Con el tiempo, esto le ayudará a identificar y evitar los desencadenantes para reducir la frecuencia de sus migrañas. Un diario de migrañas también puede ayudar a orientar el tratamiento de su médico.
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Prevenir la migraña como enfermero o estudiante de enfermería
Encontrar el plan de prevención de migrañas adecuado puede ser todo un reto. Cada enfermera tiene sus propios desencadenantes y responde mejor a distintas intervenciones. Prueba estas medidas preventivas para descubrir cuáles te funcionan mejor:
- Hidrátese a menudo: Una hidratación adecuada es esencial para evitar la migraña. La ingesta diaria de agua recomendada es de 3,7 litros para los hombres y de 2,7 litros para las mujeres. Esto puede parecer mucho, pero es alcanzable teniendo una botella a mano y bebiendo a sorbos a lo largo del día.
- Aliméntate: La cantidad y la calidad de los alimentos pueden influir en la frecuencia de las migrañas. Dedica tiempo a preparar las comidas de la semana y lleva una fiambrera. Así evitarás saltarte comidas o recurrir a alimentos desencadenantes por necesidad.
- Haga un seguimiento de los síntomas y los desencadenantes: Lleva un diario de migrañas para comprender y evitar los desencadenantes. Utilízalo para buscar patrones. Por ejemplo, puede que descubra que a menudo tiene síntomas al día siguiente de beber alcohol. Si es así, intente reducir su consumo o beber más agua.
- Lleve su kit: Lleva al trabajo o al campus un botiquín de rescate para la migraña. Incluye agua, tentempiés, paquetes de electrolitos, medicamentos para la migraña aguda y cualquier otra cosa que te resulte útil.
- Comuníquese: Mantén una comunicación regular y abierta con tu médico sobre tu experiencia migrañosa. Comparta con él su diario de migrañas y coméntele sus síntomas y desencadenantes. Sé sincero sobre cómo has respondido a los tratamientos que te sugieran. Si la migraña afecta a menudo a tu capacidad de trabajo, habla con tus superiores sobre las adaptaciones que debes hacer.
- Mejore su sueño: Intenta dormir al menos siete horas al día y con la mayor regularidad posible. La lactancia lo hace difícil, pero una buena higiene del sueño reduce el riesgo de crisis migrañosas. Haz todo lo posible por crear un ambiente fresco y oscuro y evita las pantallas antes de acostarte para dormir bien.
- Haz ejercicio: El ejercicio regular puede reducir la frecuencia y la gravedad de las migrañas. A muchas personas les ayuda a reducir el estrés, mejorar el sueño y levantar el ánimo. Elija un tipo de ejercicio que le guste y le resultará más fácil mantener la constancia. Caminar, correr, nadar, montar en bicicleta y bailar son opciones estupendas.
- Desestresarse: Utiliza ejercicios de relajación para reducir el estrés antes de que desencadene un episodio de migraña. Los ejercicios de respiración son útiles para muchos.
- Pruebe la estimulación nerviosa: El nervio trigémino es una de las principales vías del dolor migrañoso. Diríjase a él con un tratamiento preventivo de estimulación nerviosa eléctrica (ENS) clínicamente respaldado. Esto puede reducir la frecuencia de las migrañas.
Gestión de la migraña y enfermería
La mayoría de los migrañosos comprueban que la frecuencia de los ataques disminuye con la edad. Los síntomas de migraña son más frecuentes e intensos entre los 20 y los 50 años, los años cruciales de estudio y trabajo. Durante este tiempo, los consejos que hemos sugerido pueden ayudar a reducir la frecuencia de las migrañas. Pero no existe una cura establecida para la migraña, y no todos los ataques se pueden prevenir. A veces, una enfermera necesita pasar de las estrategias preventivas al tratamiento de la migraña.
Entre los métodos para controlar y aliviar los episodios agudos de migraña se incluyen:
- Eliminar los desencadenantes: Si siente que se acerca un episodio de migraña, intente abordar los factores desencadenantes. Si la luz brillante y los ruidos desencadenan los síntomas, trasládate a un lugar oscuro y tranquilo y, si es posible, acuéstate. En esos casos, utiliza tu kit de alivio para controlar los síntomas hasta que puedas abordar los desencadenantes.
- Descansar y refrescarse: El agua, una comida y el sueño pueden ayudar a aliviar un episodio de migraña. Cuando comas, procura que sea una comida nutritiva y evita los alimentos desencadenantes de la migraña.
- Medicación con receta: Su médico puede recetarle medicamentos contra la migraña aguda para aliviar el dolor. Los triptanos y los analgésicos son medicamentos habituales para la migraña aguda.
- ENS: Pruebe un dispositivo de tratamiento ENS para aliviar el dolor agudo. Estimular el nervio trigémino con impulsos eléctricos puede aliviar el dolor de la migraña.
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