Por la Dra. Karen Williams, DNP, FNP-BC, AQH, FAANP
En décadas de tratamiento de pacientes con migraña, he visto a muchas mujeres que no entendían del todo la enfermedad o que creían que sólo tenían que vivir con el dolor. Quiero decir a todas las mujeres que viven con migraña que las cosas pueden mejorar. El primer paso es informarse sobre la migraña y todas las opciones de tratamiento que existen. Éstas son las cosas cruciales que hay que aprender.
1. La migraña es mucho más que un dolor de cabeza.
Es un ataque que afecta a todo el cuerpo y puede empezar el día anterior a la migraña. Puedes tener algunas señales de advertencia: quizás antojos de comida, o sentirte muy hiperactivo, o no sentirte muy bien. Eso es el pródromo. Durante el inicio real de la migraña, puedes tener:
- Sensibilidad al ruido y a la luz
- Sensación de mareo o desequilibrio
- Problemas de memoria y falta de concentración o de atención.
- Síntomas gastrointestinales, como náuseas y/o vómitos.
- Dolor de cabeza intenso, que suele sentirse en un lado. El dolor suele ser palpitante o pulsátil.
- El movimiento o cualquier esfuerzo aumentan el dolor de cabeza y otros síntomas
Si su dolor de cabeza incluye 2 de estos 3 síntomas -sensibilidad a la luz, alteración del movimiento, náuseas-, hay un 93% de probabilidades de que su cefalea sea migrañosa. Si no se trata, una migraña puede durar de cuatro a 72 horas.
2. Las mujeres que viven con migraña no deberían sufrir en silencio.
Las mujeres son muy buenas diciendo: "Oh, es sólo un dolor de cabeza". No es sólo un dolor de cabeza. Es mucho más. E incluso después de la migraña, puedes tener un periodo en el que no te sientas bien o tengas resaca durante un tiempo.
Las mujeres que tienen migrañas más crónicas pueden empezar a preocuparse por cuándo va a empezar la siguiente. Y entonces tienen esta preocupación constante: "No voy a poder ayudar a los niños", o "No voy a poder ir a este evento especial", o "Tengo esta cosa importante en el trabajo". La ansiedad en sí misma es un factor que contribuye a las migrañas.
Si padece migraña, es importante que busque ayuda. Hay muchas opciones de tratamiento: empieza por hablar con tu médico de cabecera.
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3. En el caso de las mujeres, la migraña se ve afectada por las hormonas en distintas fases de la vida.
La migraña se da por igual en niños y niñas, con una tasa aproximada del 7%, es decir, 1 de cada 11 niños. Aumenta drásticamente en las adolescentes, hasta aproximadamente 1 de cada 5, debido al inicio del ciclo menstrual y a las fluctuaciones de estrógenos. Hay un porcentaje de mujeres que notan más ataques de migraña cuando ovulan, pero el desencadenante más común de la migraña es cuando empieza el ciclo menstrual.
La incidencia de la migraña alcanza su punto máximo en torno al 28% de las mujeres de entre 30 y 39 años, pero sigue siendo bastante alta en las mujeres de entre 40 y 49 años. Después va descendiendo lentamente a medida que las mujeres entran en la menopausia. Sin embargo, las mujeres también pueden sufrir un repunte de los ataques de migraña durante ese periodo perimenopáusico, debido a las fluctuaciones en los niveles de estrógenos.
Los síntomas de la migraña también pueden cambiar a lo largo de la vida. De niña, tenía náuseas y vómitos y un dolor de cabeza muy leve. Ahora, a esta edad, tengo más aura y menos dolor de cabeza. Si notas que los síntomas cambian, deberías volver a evaluarte y asegurarte de que no ocurre nada más, sobre todo si tienes un tipo de dolor de cabeza nuevo o diferente o síntomas distintos.
4. Los anticonceptivos pueden ser peligrosos para las mujeres que padecen migraña con aura.
Algunas mujeres tienen aura con la migraña. La más típica es un aura visual con luces intermitentes o un punto ciego en la visión. Para esas mujeres, los anticonceptivos hormonales pueden aumentar la probabilidad de ictus e infarto de miocardio, o ataque al corazón. Hable con su médico sobre opciones anticonceptivas más seguras, como dosis bajas de estrógenos, píldoras de progestágeno o DIU, o un DIU no hormonal. Otras estrategias para reducir el riesgo son no consumir tabaco o dejarlo, limitar el consumo de alcohol, hacer algún tipo de ejercicio y seguir una dieta sana.
5. Sus objetivos vitales deben guiar su tratamiento de la migraña.
Cuando veía pacientes en la VA, en lugar de preguntar "¿Qué te pasa?" preguntaba: "¿Qué te importa?". Empieza por ahí.
Puede ser que quieras pasar más tiempo con tus hijos, o que tengas un gran proyecto de trabajo, o que quieras graduarte en la escuela a tiempo, o que quieras poder ir al supermercado, o simplemente que quieras tener un día sin dolor de cabeza.
6. Llevar un calendario o diario de migrañas puede ayudarte a recibir la atención médica adecuada.
En los tiempos que corren, los profesionales sanitarios están muy ocupados. Si llevas contigo la información que necesitan, podremos acelerar el proceso y conseguirte tratamientos más rápidamente. Utiliza una aplicación, un calendario o un cuaderno para registrar tus episodios de migraña, con datos específicos sobre la migraña en sí.
- ¿Qué se siente cuando empieza?
- ¿Dónde se produce?
- ¿Cuánto dura y cuáles son esos otros síntomas?
- ¿Estás vomitando o sólo tienes náuseas?
- ¿Le cuesta concentrarse?
- ¿Tiene cambios visuales?
- ¿Tiene otros cambios sensoriales?
- ¿Qué tratamientos ha probado? ¿Funcionaron?
He tenido algunos pacientes que no querían llevar un calendario de cefaleas porque no querían que les recordara cuántos ataques de migraña habían tenido. Lo entiendo, pero si al menos puedes empezar con un diario, eso ayuda mucho a tu proveedor de atención sanitaria.
7. La medicación no es la única opción para prevenir las migrañas.
Otros elementos eficaces de un plan de prevención de la migraña son:
- Dormir: El sueño es reparador, no sólo para la migraña, sino para cualquier otra dolencia. Si tienes problemas para dormir, prueba a hacer algo de ejercicio ligero o estiramientos antes de acostarte. No dejes la tele encendida ni veas nada en el móvil, porque la luz azul puede mantenerte despierto. Algunas personas escriben una lista de preocupaciones antes de irse a dormir. Los dispositivos de neuromodulación también pueden ayudarte a conciliar el sueño.
- Una dieta sana: La comida ultraprocesada no es buena para nadie, y cada vez hay más información sobre cómo afecta al intestino, que a su vez afecta al cerebro. En cuanto a una dieta saludable para la migraña, nunca he oído un mal informe sobre la dieta mediterránea, con proteínas magras y un montón de frutas y verduras frescas.
Una dieta para la migraña que elimine los alimentos desencadenantes puede ser útil si se identifican los alimentos que pueden aumentar las probabilidades de sufrir una migraña. Sin embargo, los alimentos pueden no ser el único factor. El cerebro migrañoso es más sensible, y a menudo una combinación de factores aumentará la posibilidad de una migraña. Por ejemplo, puede que comer un trozo de chocolate no provoque un ataque; pero si añades un cambio en la presión barométrica, además de que no has dormido bien y estás a punto de empezar tu ciclo menstrual, ese chocolate puede ser un desencadenante.
- Hidratación: Asegúrate de beber suficiente agua, especialmente a medida que se acercan los meses de verano. Por cada taza de café, deberías tomar un vaso de agua. Aumentar el agua y reducir o no tomar bebidas carbonatadas es útil, junto con mantenerse alejado de los edulcorantes artificiales. Algunos edulcorantes artificiales aumentan la posibilidad de migraña, mientras que otros tienen otros efectos nocivos para la salud.
- Magnesio: Suelo recomendar a los pacientes que tomen de 400 a 600 mg de magnesio por la noche (separado de otros medicamentos, porque puede reducir la absorción). El magnesio también puede ayudar a conciliar el sueño. Sin embargo, demasiado magnesio puede causar diarrea, y se tolera mejor una forma quelada.
- Vitamina B2: También llamada riboflavina, se ha demostrado que la vitamina B2 ayuda a prevenir los ataques de migraña. Recomiendo 2 comprimidos de 100 mg de vitamina B2, tomados dos veces al día.
- Ejercicio: Empieza con tan sólo 15 minutos de estiramientos dos días a la semana. Te darás cuenta de lo bien que sienta. Dar un paseo por la tarde o bailar en casa: algún tipo de ejercicio es muy, muy importante.
- Técnicas de relajación: Puedes reducir el estrés simplemente respirando hondo y profundamente. Prueba la técnica 4-7-8, en la que inspiras durante 4 segundos, mantienes la respiración durante 7 segundos y luego espiras durante 8 segundos. Existe otro método llamado respiración cuadrada, en el que inspiras durante 4 segundos, mantienes la respiración durante 4 segundos, espiras durante 4 segundos y mantienes la respiración durante 4 segundos. Otras formas de reducir el estrés pueden provenir de un psicólogo formado en terapia cognitivo-conductual u otros tipos de técnicas de relajación.
- Acupuntura y acupresión: Se ha demostrado que la acupuntura es útil tanto para la prevención como para las migrañas agudas. También hay algunos puntos de acupresión que pueden ser útiles en el momento del ataque de migraña.
- Neuromodulación: Los dispositivos de neuromodulación pueden ser útiles como parte del plan de tratamiento. Es difícil saber qué dispositivo funcionará para cada persona, por lo que recomendaría probar primero el dispositivo para asegurarse de que es adecuado para el paciente.
Hable con su profesional sanitario antes de tomar suplementos para la migraña o de cambiar su rutina de prevención de la migraña. Lo más probable es que su rutina ideal consista en una combinación de tratamientos, en función de sus necesidades individuales, y puede que sean necesarias varias pruebas para encontrar la combinación adecuada. No te rindas. Siga trabajando con su proveedor de atención sanitaria e infórmele de lo que funciona y lo que no.
¿Le cuesta seguir una rutina? Mantén la motivación escribiendo tus hábitos diarios.
8. Si vives con migraña, hay ayuda ahí fuera.
Puede ser difícil buscar ayuda cuando te sientes abrumado, pero acércate. Aunque solo sea una cita de telesalud al principio, para decir: "Tengo estos dolores de cabeza, me siento mal todo el tiempo". Hay gente ahí fuera que quiere ayudar. No tienes por qué hacerlo solo.
Y hay esperanza. Cuando empecé en neurología en el año 2000, había pocas opciones de ayuda para la prevención y los triptanes eran el nuevo tratamiento para la aparición de una migraña. Sin embargo, no todo el mundo puede tomar un triptán con seguridad, y para algunos el triptán no funciona, o los efectos secundarios son peores que la migraña. Ahora, hay muchas más pruebas sobre lo que funciona y lo que puede mejorar tu vida.